Si me pongo a pensar con detenimiento, no recuerdo exactamente cuando sentí por primera vez a mi bebé moverse. Obviamente, al inicio la ansiedad hacía que pasara largo rato intentando sentir cada parte de mi cuerpo para ver si algo era diferente....pero nada. Era como un silencio abdominal y uterino, una negación de la naturaleza hacia mi persona. ¿Me estaba convirtiendo en una madre insensible ya desde la concepción? Así parecía ser.
Al pasar los días, inclusive las semanas, comencé a indagar con madres experimentadas (no como yo, obviamente) acerca de cómo se sentiría a mis cortas 14 o 15 semanas el movimiento de un bebé. Realicé una especie de sondeo, casi una encuesta a varias mujeres conocedoras del tema y la explicación más frecuente, aunque para mi gusto descabellada, fue la de "Se siente como burbujitas de pescaditos".
¿Qué?, dije yo. ¿Y cómo se supone que iba a saber la forma en que se sienten las burbujas de los pescados? Era una extraña comparación sobre todo por las diferencias entre humanos y peces ja. Y además, pensando en mi inexperiencia maternal...
La cuestión era que ni siquiera tenía panza y yo pretendía sentir cada extremidad de mi hijo moverse y por supuesto no iba a ser asi.
Sin embargo, un día lo sentí. Fue algo extraño, casi indescriptible, porque en realidad esperaba algo totalmente diferente, algo más contundente si se quiere, pero no. Y un día me di cuenta de que se trataba de mi bebé. En realidad fueron varios días despues. Allí estaba haciéndose notar y yo me emocioné hasta las raíces de mis pelos porque significaba mucho, significaba que estaba allí presente, que era verdad que ocupaba su nido, mi utero cálido que lo acunaba.
Recuerdo que una amiga, que aún no era mamá, me preguntó como se sentía el movimiento de mi bebé en ese tiempo de embarazo precoz y yo que, para nada me parecía burbujas de pescaditos, le dije:
"¡Como un gas que se va de un lado para otro!" y ella se rió en mi cara.
Y así fue, al principio paracía un gas que revoloteaba por mi bajo vientre y cuando menos me lo esperé, una patada...Pero eso quedará para más adelante.
Autor: El blog de mamá
No hay comentarios.:
Publicar un comentario